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A Antonio Valenzuela (79) se lo conoce con otro apellido: Pecci; firmó así sus artículos en medios de comunicación y sus libros. Es escritor, periodista, defensor de los derechos humanos y la memoria histórica de las víctimas de la dictadura paraguaya. Nacido en el barrio Pettirossi de Asunción, desde muy joven fue crítico al régimen de Alfredo Stroessner a través de sus programas de radio y de la sección de cultura en el semanario Sendero.

Su pasión por escribir nació de la lectura. En la vivienda en la que creció, su papá tenía una pequeña biblioteca con varios libros que él y sus hermanos devoraban. Durante los años de colegio, se sumó a la lucha estudiantil y sintió la necesidad de expresarse, de comunicar, así ingresó a Radio Cáritas con un programa cultural y crítico. En la radio comenzó a escribir guiones para programas y de a poco cobró notoriedad.

En 1973 ingresó al semanario Sendero, órgano de la Conferencia Episcopal Paraguaya (CEP). También colaboró con las revistas Ñandú, Criterio, Diálogo y el semanario universitario Frente. En los 10 años que integró el semanario, fue detenido varias veces por la dictadura. En 1977 fue apresado en la cárcel Emboscada por su labor de denuncia. Una vez libre continuó haciendo periodismo crítico. En la década del 80 integró el Sindicato de Periodistas del Paraguay (SPP) que formaba parte del Movimiento Intersindical de Trabajadores (MIT).

Al tiempo de ejercer como periodista, también se dedicaba al teatro de vanguardia. En sus palabras, el teatro era “una forma de expresión con sentido social” dentro del régimen estronista. De esos tiempos viene el apellido “Pecci”, apellido de su abuela paterna que él adoptó como parte de su nombre artístico.

En la cárcel de Emboscada dirigió al menos ocho obras de teatro clásico y popular con el grupo Asaje. Entre 1982 y 1984 fue codirector del Grupo de Teatro Universitario.

A través de la militancia sindical participó de diferentes protestas por los derechos laborales de los trabajadores de prensa y por la libertad de expresión. En 1988, como representante del SPP, estuvo en la organización de la Marcha por la Vida, en conmemoración de los cuarenta años de la Declaración de los Derechos Humanos. La marcha fue violentamente reprimida con varias detenciones.

Integró el diario Última Hora desde 1985 y se jubiló en 2013, después de 40 años dedicándose al periodismo crítico cultural y de más de 300 entrevistas publicadas. Para Antonio “no se puede construir un futuro sin el conocimiento del pasado”. Está convencido de que el Paraguay necesita “una democracia participativa donde haya una calidad de vida que sea compatible con una patria soñada que sea para todos y todas”.

Formó parte de la asamblea presidida por el sociólogo francés Alain Touraine en 2001, donde se llegó a los acuerdos de impulsar la Declaración del Año de la Memoria Histórica al 2003, impulsar la creación de la Comisión de Verdad y Justicia y creación del Museo de la Memoria (ex Técnica, lugar de tortura durante la dictadura stronista).

Durante los años 2008 y 2010, formó parte del debate para la elaboración de un Plan Nacional de Cultura que se entregó a la Secretaría Nacional de Cultura (SNC). En 2010, durante el Foro Social de las Américas, el Grupo Pymbyte estrenó la obra Py´apy de coautoría de Pecci y Nataly Valenzuela.

Como periodista, tuvo la oportunidad de entrevistar en Buenos Aires al poeta exiliado Elvio Romero. Dedicó gran parte de su labor a reivindicar la guarania como un aporte de José Asunción Flores, quien por ser militante del Partido Comunista fue opacado por la dictadura stronista como creador de uno de los estilos folclóricos más importantes de la música paraguaya.

En 2011 fue declarado “Hijo dilecto de la Ciudad de Asunción” por la Junta Municipal de la comuna capitalina. La distinción fue para reconocer su trayectoria en el periodismo cultural y su arduo trabajo en la preservación y promoción de la memoria histórica.

Algunos de libros que publicó son “Teatro breve del Paraguay, antología de autores varios” (1982), “Tributo a Flores, creador de la Guarania” (2002), “En los sótanos de los generales. Los documentos secretos del Operativo Cóndor” (2002), “Roa Bastos: vida, obra y pensamientos”, y otros.

Antonio integra la Mesa de Memoria Histórica, está editando un libro sobre las memorias de José Asunción Flores y sigue luchando por los derechos humanos. Por todo su trabajo, fue postulado y reconocido durante la tercera edición de los Premios Dignidad a la Defensa de los Derechos Humanos en Paraguay, una actividad impulsada por la Codehupy, con apoyo de Diakonia y la Unión Europea.