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Benjamín Valiente (73) nació en el barrio San Blas de Concepción, al norte de la región Oriental. Dedicó su vida a dos pasiones: la docencia y la pastoral social creada por Monseñor Aníbal Maricevich en la década de los 80.

Nacido en una familia humilde, campesina, desde temprana edad identificó las áreas de trabajo que podía desarrollar desde la Iglesia Católica. “Siempre me gustó trabajar con los pobres. Tratar de ayudar al que necesita, yo mismo soy campesino y el campesinado es el que más necesita, porque cuando el Estado no brinda salud, educación ni infraestructura, la gente que tiene dinero puede pagar, pero el campesinado casi nunca puede acceder a una vida digna”, señala.

En esa época, recuerda, no había muchos espacios para activar socialmente, la iglesia católica era casi la única opción y dependía mucho de los sacerdotes que lideraban las congregaciones. El trabajo del Pa’i Maricevich fue inspirador para Benjamín y varias otras personas, esa misión era un elemento de resistencia y una forma de ayudar a las familias en situación de vulnerabilidad.

Al terminar la secundaria, decidió dedicarse a la docencia porque considera que la educación es la mejor herramienta que se le puede brindar a la sociedad. Como profesor fue perseguido durante la dictadura de Alfredo Stroessner ya que, a pesar de la orden que había entonces, decidió no afiliarse al partido colorado. Su trabajo era constantemente escrutado y sus pasos como activista religioso eran controlados regularmente por agentes del régimen.

Ya en la era democrática revivió varios de esos momentos con la aparición de grupos armados en Concepción. Los que antes lo llamaban “comunista”, pasaron a estigmatizarlo por su trabajo con jóvenes en áreas rurales y entonces pasó a ser llamado “adoctrinador de guerrilleros”, algo con lo que debe vivir hasta ahora.

Para él, estas son situaciones inevitables y con las que tiene que lidiar, aunque muchas veces se haga difícil, pero asegura que no puede ser motivo suficiente para abandonar su misión.

Don Benjamin es un hombre incansable, admirado y respetado en su comunidad. A pesar de estar jubilado en la docencia, desde 2013 ejerce la coordinación de la Pastoral Rural Equipo Coordinador Norte (Preconor), asistiendo a familias vulnerables ante la ausencia estatal.

Su trabajo se enfoca en ofrecer un acompañamiento integral a las personas, es decir, enseñar y acompañar a las familias para fortalecer su crecimiento espiritual, pero también la educación formal y las finanzas, como único camino posible hacia un país mejor.

Don Benjamín formó su propia familia en Concepción y actualmente trabaja activamente en la pastoral. A pesar de que como organización tuvieron altibajos, afirma que tanto él como sus compañeros de Preconor, siguen firmes, siempre a disposición de los más necesitados y, asegura, es una misión que realizará mientras le queden fuerzas.

Por toda su historia de trabajo comunitario y defensa de los derechos humanos, Don Benjamín fue galardonado con el Premio Dignidad a la Trayectoria, en el marco de la tercera edición de los Premios Dignidad a la Defensa de los Derechos Humanos en Paraguay, impulsada por la Codehupy, con apoyo de Diakonia y la Unión Europea.