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Severina Insfrán de Toledo nació en el departamento de Caaguazú, pero cuando era muy pequeña migró junto con su familia a Choré, San Pedro, ciudad donde se crió. Hace 13 años está asentada en Cruce Liberación, también en el segundo departamento del país.

La Organización de Mujeres Campesinas e Indígenas (Conamuri) la reconoce como una referente de inclaudicable lucha contra la violencia de género e intrafamiliar. Además, como defensora de la soberanía alimentaria, a través del resguardo de semillas nativas.

Severiana sufrió violencias en su propio cuerpo durante muchos años, experiencia que la empujó a ayudar a otras compañeras que viven en la misma situación. Fue fundadora de comités de mujeres tanto en Choré como en Liberación, donde promovió la permanente formación de sus pares para que tengan herramientas que les permitan pelear por el derecho a una vida libre de violencias.

Adolescentes, mujeres y ancianas siguen tocando su puerta cuando necesitan ayuda o consejos para sobrellevar situaciones en las que sus derechos están siendo vulnerados.

Al mismo tiempo, esta luchadora trabajó la tierra sin descanso. En su afán de alimentar a sus 11 hijos, nunca descuidó su huerta. Una vez terminada la cosecha se encargaba de juntar, cuidar y resguardar las semillas para la siguiente temporada de siembra. Además, según relata su hija Rosa, las casas donde vivieron estuvieron siempre rodeadas de árboles frutales, que ella misma se encargaba de plantar.  

Severiana forma parte de Conamuri desde hace casi 24 años y por su valioso trabajo en la organización y sostenimiento de las bases es una de las mujeres postuladas a los Premios Dignidad a la Defensa de los Derechos Humanos en Paraguay.